Enhac, del blog Laboratorio de Juegos, proponía como candidato al Premio InterBLOGS 2012 Die Burgen von Burgund, de Stefan Feld. Aquí está su mini-alegato:
Como la mayoría de juegos de tipo europeo, Die Burgen von Burgund
plantea un problema que tendremos que resolver con unos recursos
limitados. El problema, en esta ocasión, consiste en realizar la
planificación urbanística de nuestra región usando las losetas que
cogemos del tablero. El recurso más valioso, como siempre, es el número
de acciones que podemos realizar en cada turno. Lo que nos obligará a
rentabilizar cada una de ellas y buscar siempre la mejor de las opciones
en cada momento.
Al no tener un grado de interacción demasiado alto, las partidas se convierten en un reto personal donde cada jugador lucha consigo mismo y busca terminar la partida con la puntuación más alta posible. Esto no tiene porqué verse como un aspecto negativo, ni quiere decir que se deba jugar sin mirar lo que hacen el resto de jugadores, sino que debemos vencernos a nosotros mismos (encontrando la solución al reto que supone este juego), antes de poder hacer lo propio con los demás.
El juego está muy bien equilibrado. Con jugadores del mismo nivel es muy difícil que alguien gane con solvencia. Además, el número de territorios disponibles, la cantidad de losetas de regiones, los dados y la disposición de nuestras fichas sobre el tablero, lo convierten en un juego increíblemente rejugable.
Un juego que se juega lanzando dados cada turno y, aunque no lo parezca, el azar apenas condicionará vuestra derrota o vuestra victoria.
Un juegazo, vaya.
Al no tener un grado de interacción demasiado alto, las partidas se convierten en un reto personal donde cada jugador lucha consigo mismo y busca terminar la partida con la puntuación más alta posible. Esto no tiene porqué verse como un aspecto negativo, ni quiere decir que se deba jugar sin mirar lo que hacen el resto de jugadores, sino que debemos vencernos a nosotros mismos (encontrando la solución al reto que supone este juego), antes de poder hacer lo propio con los demás.
El juego está muy bien equilibrado. Con jugadores del mismo nivel es muy difícil que alguien gane con solvencia. Además, el número de territorios disponibles, la cantidad de losetas de regiones, los dados y la disposición de nuestras fichas sobre el tablero, lo convierten en un juego increíblemente rejugable.
Un juego que se juega lanzando dados cada turno y, aunque no lo parezca, el azar apenas condicionará vuestra derrota o vuestra victoria.
Un juegazo, vaya.
Se ha convertido en todo un clásico. Es un jueguillo muy majo con una edición horrible. Es uno de esos eurogames duros y secos que normalmente aborrezco pero que en este caso tendría en mi colección gustosamente.
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